La reunión del infierno

El año pasado fue el aniversario de cincuenta años de casamiento de mis abuelos y por eso tuvimos una fiesta grande en Boston, que era el punto más central para todos nosotros. ¿Parece muy normal, verdad? Pues, sí, pero mi familia tiene sus…. problemas. Por ejemplo, uno de mis primos tuvo que obtener permiso de la policía para salir del estado de Connecticut porque había estado en un periodo de libertad condicional. Sí, en serio. También, aunque mis tíos tienen los mismos padres, son de clases sociales muy diferentes. Mis padres y yo somos de la clase media, pero la parte “educada” de esta clase, es decir, mis dos padres tienen sus doctorados y son profesores. Mi tío Chris, su esposa y sus dos hijos son muy ricos porque mi tío es el presidente de una compañía grande. Mi tía Debi, su segundo marido y sus cuatro hijos (del primer marido) son de la clase media alta, y mi tío Jim (cuyo hijo tuvo los problemas con la policía) es un poco pobre. Antes de ir, yo había pensado que sería muy difícil a causa de todas estas diferencias, pero hubo otros problemas también.

            Estaba muy emocionada de que pudiera ver a todos mis familiares. Por supuesto mis abuelos estaban muy, muy emocionados de vernos a todos nosotros al mismo tiempo. Esto nunca pasa en nuestra familia. La mayor parte de la reunión fue muy divertida. Cada día íbamos a lugares diferentes en la ciudad de Boston y nos divertíamos mucho. No obstante, el viernes, el día de la cena grande, fue casi un fracaso. Como dije antes, mi tío Chris es muy rico. Por eso, él quería que todos nosotros estuviéramos en un hotel muy caro. No ayudó mucho con los gastos porque no entendía que todo el mundo no fuese tan rico como su familia, y la cena fue muy, muy elegante. Me gustaba vestirme elegantemente porque a mí me encantan los vestidos formales, pero esa fue la única cosa que me gustó de esa noche. También, los primos más pobres no tuvieron trajes para llevar. Hubo como un choque entre las dos clases sociales que fue muy evidente cuando uno de mis primos les mostró sus tatuajes a todas las personas en la cena.

            Cerca del fin de la noche, mi tía Debi, cuyo marido murió hace como diez años, había estado bebiendo muchísimo vino. Ella no quería ver las fotos de su boda con su primer esposo y por eso bebía para olvidarlo. Por eso, estaba contando historias que daban mucha vergüenza a sus hijos y a sus hermanos. A mis abuelos les encanta cuando yo canto, y por eso quería cantar algo para ellos. Tengo entrenamiento clásico y por eso fue una canción de ópera, que nadie sino mis padres habían visto en sus vidas, y que nadie sino ellos la entiendieron. Después de eso, mis abuelos me llamaron su nieta más talentosa. Estaba un poco enojada porque no quería que mis primos se sintieran como malos nietos, porque ellos eran muy talentosos también. Mi tía estaba burlándose de sus hijos también y me sentía muy avergonzada. Además, la comida era muy extraña porque era muy elegante y no era como comida real. Por eso, no sólo estaba avergonzada toda la noche, sino también tenía muchísima hambre.

            A fin de cuentas, me divertía en los días después de la cena y disfrutaba la oportunidad de conocerles mejor a algunos primos que casi nunca veo, pero esa cena fue una noche horrible para mí. Usualmente me da igual cantar enfrente de muchas personas y no me importó que hubiera personas en el restaurante fuera de nuestro cuarto, pero la reacción de mis espectadores y lo que pasó con mi tía fueron cosas de mucha vergüenza para mí y no quiero repetirlos.